viernes, 7 de junio de 2013

Montería Los Frontos


Cargue los perros mas bien tarde y me dirigí a la junta. Allí, "el Pelailla" nos explicó como debíamos llevar la mano. Solo dos rehalas estabamos citadas para este día, era una mancha muy corta donde los perros trabajaban muy bien.
Sobre las 11 y cuarto nos dirigimos a la suelta, bastante cercana al lugar de reunión, la orden era soltar a las 11 y media. Todo estaba preparado y "Champo" abrió la puerta de su camión, los naveños a la voz de su dueño se abrían como soldados en batalla.
Mi padre se dispuso a abrir la puerta a nuestros valientes, en menos de un minuto vi la barrera de enfrente llena de mis blancos, rápidamente dieron con el encame de las ciervas apretándolas tanto que nos tuvimos que echar "cuerpo a tierra". Acto seguido entraron en el primer puesto, el joven montero las dejo cumplir, pero se fueron, paseándose con los podencos detrás a lo largo de toda la armada.
Los perros cazaron muy abiertos, no había apenas monte y el ansia de encontrar la caza los hacia irse mas largos que habitualmente. Los guarros no dieron la cara, y la jornada se hizo llevadera con las numerosas carreras a las ciervas.
Al llegar al tope, un montero nos indicó que había pegado a una y no tardaron en dar con ella, aunque con las patas partidas, los cortó una buena carrera. A la vuelta echamos otro buen numero de ciervas, y dando gracias, la recogida no se demoró demasiado.

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